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domingo, 7 de agosto de 2016

El juego y el pensar


The game and thinking....


   El juego es una parte fundamental de nuestras vidas y en esencia, parece tratarse de una actividad fortuita y flexible, que nos brinda una una oportunidad de ampliar y reorientar tanto la mente como el espíritu. El juego está desprovisto en su forma original de reglas preestablecidas, porque este, está sujeto a la flexibilidad del sujeto que juega; es decir, el niño o la niña que juega establece sus propios modelos de juego que puede desecharlos o no, pues están en su dominio, por lo tanto, el juego direcciona este tipo de flexibilidad suprema, que hace del juego el punto partido ideal o plataforma perfecta de lanzamiento para el pensamiento creativo y el ejercicio imaginativo. Desde el momento que el niño (a) juega y es flexible en el momento de jugar, en ese instante su nivel de pensamiento se abstrae y comienza la exploración hacia el pensamiento del juego.  En el caso de los juguetes, se puede decir que son simples auxiliares que se añaden al momento imaginativo cuando se juega; por lo que podríamos decir que los juguetes no son necesario para jugar, ya que el niño puede simplemente sentirse feliz jugando con su imaginación,




dejándose llevar por su mundo de fantasía, sin necesidad de elementos de apoyo.  No obstante, la imaginación es tan compleja que el ser humano necesita una referencia de objetos tangibles para ampliar su radio de acción.  Generalmente los niños que no tienen juguetes establecen sus propios puntos de referencias y activan su imaginación para crear un objeto simple, en un mar de fantasía.

   Cabe destacar que los juguetes son el método que mejor consigue estimular a un niño, de hecho, le permiten alcanzar y desarrollar las cualidades que necesita: ejemplo: un muñeco logrará que el niño se centre en cogerlo y aprenda a coordinar adecuadamente su ojos y las manos; una pelota que rueda por el suelo le atraerá para seguirla y le ayudará a ejercitar el gateo…
Podemos añadir que los juguetes y el juego desarrollan diferentes cualidades del niño, desarrolla la capacidad comunicativa y lingüística, la psicomotricidad, la mentalidad, da rienda suelta de su creatividad e imaginación, favorece el juego en equipo con otros niños…
  Una vez que el niño ya es capaz de estar sentado sin ayuda o de gatear, los juguetes tienen un papel clave, pues le ayudarán y le empujarán a realizar acciones, como por ejemplo tratar de coger un juguete situado fuera del alcance de su mano. Esto le conducirá a realizar movimientos con brazos y piernas. 

    Hoy día y en general, los juegos y juguetes de moda logran que los niños crezcan de manera adecuada. A pesar de ello, muy a menudo se suele creer que los juguetes con dispositivos tecnológicos son los que más van a gustar y divertir al niño, lo cual no es necesariamente así, sino que muchas veces acontece justo lo contrario.

 Por último, podemos afirmar que los juguetes y el juego han sido, son y serán un modo insustituible para el
desarrollo del niño. Y los padres tenemos la responsabilidad de encontrar la manera de dar a nuestros hijos
juguetes que sean pedagógicos, educativos y recreativos, además de estar siempre presentes en la fantástica
aventura de descubrir con ellos el mundo de los juguetes.

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