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lunes, 24 de agosto de 2015

Rabietas, berrinches y pataletas en los niños.

Las Rabietas de los niños
( The tantrums)





      Una rabieta, berrinche o pataleta, es la forma que tiene el niño para expresar su ira o enojo, cuando no se le da lo que desea, o no se le presta atención a lo que hace.  Pues, los padres suelen actuar rapidamente cuando el niño se tira al suelo, gritan y algunas ocasiones se lastiman para llamar mas aún la atención de sus padres, maestros o familiares.  Pero cabe acotar, que hay que enseñar al niño que estas acciones, es decir sus rabietas no dan resultado, pues la persona mayor quien lo observa no va a  cambiar de opinión respecto a su opinión. En todo caso, debemos empezar a enseñar desde muy pequeños a nuestros hijos a expresar lo que sienten por medio del diálogo, y  enfatizarle que estar molesto es normal, pero que debe manifestarlo de una manera apropiada. Cuando el niño presenta estas rabietas en el colegio, en la edad escolar, la maestra debe mantener su posición, haciendo caso omiso a la rabieta, y cuando el niño se calme, hablar con él, del por qué de su enojo, pues, debemos entender que, para que exista una rabieta hay una condición sine qua non, es decir, hay una rabieta si y solo si hay un espectador quien la vé, de lo contrario la rabieta no funciona sin un público. He aquí un ejemplo:
 

      Los niños generalmente tienen estas manifestaciones de enojo, porque están molestos consigo mismos, pues o no consiguen realizar algo, o no  armar  un juguetes, porque sus padres no les prestan atención, o no entienden lo que ellos dicen o no terminan de hacer sus labores escolares.  Para estas actitudes se necesita un padre que primeramente LO ESCUCHE, y que lo estimule positivamente a lograr lo que necesita, pues esto enseñará al niño a tener paciencia y generar nuevas herramientas para lograr el objetivo.  
     Una de las premisas mas importantes para padres, maestros y familiares, es no hacer caso a las rabietas  motivadas por el deseo de llamar la atención o exigir algo; pues, si lo hacemos podemos acostumbrar al niño a darle su deseo siempre detrás de una rabieta, y va a crecer creyendo que es el sistema idóneo para conseguir lo que quiere, y por consecuencia se va a sentir mal muy rápido, cuando se dé cuenta que el mundo no está diseñado de esa forma.  La mejor forma de aislar este tipo de manifestaciones en dejar en un lugar  cómodo al niño, pero que esté solo para que se tranquilice, y usted no sea el espectador de la rabieta, aléjese, incluso yendo a otro cuarto para que el niño ya no tenga quien le escuche. No trate de razonar con su hijo. Simplemente dígale: "Veo que estás muy enojado. Te dejaré solo hasta que te calmes. Hazme saber si quieres hablar". Deje que el niño recupere el control. Después de la rabieta, asuma una actitud amistosa y trate de normalizar las cosas. Usted puede prevenir algunas de estas rabietas diciendo "No" con menos frecuencia.

    Cuando las rabietas son agresivas, no deje pasar por alto este enojo, dirija al niño al cuarto y déjelo 5 minutos, si el niño aún no se calma, tome al niño en sus brazos, dígale que usted sabe que está enojado y muéstrele, con su ejemplo, la manera de dominarse.

      Si, el niño presenta rabietas muy seguidas, agresivas, en la casa, en público, en la escuela u otros lugares, llame a un profesional para que indique como puede mejorar la actitud de su hijo.  Generalmente, los niños funcionan mejor cuando tienen un horario de estudio y entretenimiento en el día completo.  Cuando los niños dejan de hacer actividades programadas ellos se aburren con mucha facilidad, por eso es recomendable, realizar actividades matutinas, respetando los horarios de comida, aseo personal y la hora de dormir.  Si la madre no trabaja, debe estimular a su hijo de forma progresiva con horarios bien definidos, porque hay una máxima en las actitudes de los niños, que el NIÑO NO MEJORA SI EL PADRE O LA MADRE NO MEJORA.  Si los padres trabajan y el niño está en un cuidado, el debe adaptarse a los horarios y a las actividades programadas y los padres deben seguir rutinas al recoger al niño al maternal o colegio.  Un padre sin hábitos siempre va a tener hijos incontrolables.  Pues debemos educar y dirigir a nuestros hijos para que su futuro sea brillante.



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